...¿cuál va a ser la actitud del artista frente a la gran maravilla de la creación? Será humilde, porque sabe quél no es el creador sino el medio, el instrumento, la prolongación, el ejecutante de la acción divina. El artista debe olvidarse de sí mismo para hacer entrar con mayor facilidad en él la voluntad de Dios.. El artista debe tener una posición humilde frente a lo que está llevando a cabo. El artista tiene que esperar el momento en que el Creador se manifieste a través de él.
Cuando el artista se olvida de sí mismo, cuando más olvida su realidad humana, llegará a ser más original y personal porque Dios podrá entrar con mayor facilidad. Y cuando hablo de Dios, no hablo de ninguna religión, sino de una fuerza creadora que existió siempre, existe y existirá.
El hombre creador no tendrá solamente el afán de gozar, de ilustrarse, de leer, de ver; de mirar cuadros, etc, El trabajará, producirá durante toda su vida; gozará tanto al contemplar un cuadro como al hacerlo. No tendrá el afán de posesión, porque siempre estará ocupado en lo que él quiere "hacer". Hay un refrán chino que dice: "unos son los que construyen los puentes, y otros los que por ellos transitan".
Claro está que a veces sufre con angustia momentos áridos. Entonces debe esperar pacientemente la llegada de nuevas motivaciones; y justamente por eso "estará ausente" en su lugar de trabajo huyendo de todas las distracciones.
Vemos que la posición del artista frente al mundo es muy difícil de vivir porque, debiendo entregarse a todas las obligaciones civiles como cualquier persona, debe mantener su fuerza creadora intacta a la que la obliga su vocación.
Hay que tener mucha paciencia y mucho respeto por nuestro interior. No significa ociosidad, es el tiempo necesario para madurar nuestro personaje y no correr el riesgo de abortarlo. Una vez que ha nacido, después de un debido de germinación, tenemos que trabajar mucho para darle forma. Es aquí donde interviene la composición, la destreza técnica, la constancia y la dedicación.
En la creación artística intervienen tres elementos principales, como una trinidad: espíritu, emoción, cuerpo. Sin estas tres fuerzas en el artista no puede surgir la obra de arte. La creación de una obra de arte es algo muy biológico, sale de nuestro ser, de todo el ser, no solamente del pensamiento, no solamente de la emoción. Todo lo que nos rodea, todos los choques que tenemos los unos con los otros, todo lo que vemos, todo lo que vivimos espiritualmente, todo lo que vivimos corporalmente, todo esto nos enriquece y nos lleva a "ver " de una manera particular: a un músico lo lleva a oír, a un poeta a escribir.
Todo lo que se puede decir acerca de la belleza, que es un tema inagotable, tan inagotable como en la filosofía es el tema de la verdad, se puede reducir en la frase: lo bello en el arte es lo auténtico y lo que se ha creado por necesidad.
... las obras de arte son entes que tienen una existencia per se y si nosotros no somos capaces de recibir y captar su mensaje, los perdedores somos nosotros, porque este mundo del arte, que crece infinitamente y nos rodea, nos invita a recrearnos con estas obras que lo pueblan, y a vivir el testimonio del presente a través de los signos que de ellas nos presentan los artistas creadores.
Cuando el artista se olvida de sí mismo, cuando más olvida su realidad humana, llegará a ser más original y personal porque Dios podrá entrar con mayor facilidad. Y cuando hablo de Dios, no hablo de ninguna religión, sino de una fuerza creadora que existió siempre, existe y existirá.
El hombre creador no tendrá solamente el afán de gozar, de ilustrarse, de leer, de ver; de mirar cuadros, etc, El trabajará, producirá durante toda su vida; gozará tanto al contemplar un cuadro como al hacerlo. No tendrá el afán de posesión, porque siempre estará ocupado en lo que él quiere "hacer". Hay un refrán chino que dice: "unos son los que construyen los puentes, y otros los que por ellos transitan".
Claro está que a veces sufre con angustia momentos áridos. Entonces debe esperar pacientemente la llegada de nuevas motivaciones; y justamente por eso "estará ausente" en su lugar de trabajo huyendo de todas las distracciones.
Vemos que la posición del artista frente al mundo es muy difícil de vivir porque, debiendo entregarse a todas las obligaciones civiles como cualquier persona, debe mantener su fuerza creadora intacta a la que la obliga su vocación.
Hay que tener mucha paciencia y mucho respeto por nuestro interior. No significa ociosidad, es el tiempo necesario para madurar nuestro personaje y no correr el riesgo de abortarlo. Una vez que ha nacido, después de un debido de germinación, tenemos que trabajar mucho para darle forma. Es aquí donde interviene la composición, la destreza técnica, la constancia y la dedicación.
En la creación artística intervienen tres elementos principales, como una trinidad: espíritu, emoción, cuerpo. Sin estas tres fuerzas en el artista no puede surgir la obra de arte. La creación de una obra de arte es algo muy biológico, sale de nuestro ser, de todo el ser, no solamente del pensamiento, no solamente de la emoción. Todo lo que nos rodea, todos los choques que tenemos los unos con los otros, todo lo que vemos, todo lo que vivimos espiritualmente, todo lo que vivimos corporalmente, todo esto nos enriquece y nos lleva a "ver " de una manera particular: a un músico lo lleva a oír, a un poeta a escribir.
Todo lo que se puede decir acerca de la belleza, que es un tema inagotable, tan inagotable como en la filosofía es el tema de la verdad, se puede reducir en la frase: lo bello en el arte es lo auténtico y lo que se ha creado por necesidad.
... las obras de arte son entes que tienen una existencia per se y si nosotros no somos capaces de recibir y captar su mensaje, los perdedores somos nosotros, porque este mundo del arte, que crece infinitamente y nos rodea, nos invita a recrearnos con estas obras que lo pueblan, y a vivir el testimonio del presente a través de los signos que de ellas nos presentan los artistas creadores.
foto: Alicia Benavidez
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